Después de llevar acabo un análisis de mi hacer profesional, poniendo en práctica habilidades tales como la observación, comparación, reflexión y el planteamiento de ideas, se ha logrado identificar una situación problemática como resultado de los cuestionamientos planteados en torno a lo que acontece en mi realidad áulica. Con la finalidad de realizar una delimitación clara, expondré brevemente la situación que en lo personal ha causado inquietud.
Como docente del nivel preescolar, se esta viviendo la puesta en práctica de la nueva reforma educativa, la cual tiene como propósito desarrollar en los niños competencias que les permitan integrarse asertivamente en el mundo actual, se propone una nueva configuración de la práctica educativa que promueva el desarrollo de capacidades y potencialidades, el desarrollo de la autonomía, la reflexión, la construcción del aprendizaje desde un punto de vista critico, creativo y eficaz.
El actual programa resulta interesante, sin embargo, cabe reconocer que han sido muchos los retos y las dificultades a las que me he enfrentado al aplicar la propuesta educativa, pues aún existen “tradiciones” que no es fácil erradicar; algunos padres de familia perciben al nivel preescolar como un propedéutico de la escuela primaria, carente de propósitos propios; consideran que en el Jardín de Niños se debe enseñar manualidades, actividades de coordinación motriz, trabajos que no van más allá del control motor.
Los padres de familia exigen un trabajo basado en un enfoque un tanto tradicionalista; consideran que su colaboración en las actividades del Jardín solo tiene que ver con aspectos económicos, cuando en realidad los padres de familia juegan un papel muy importante en el trabajo del grupo.
Con la intención de generar un cambio y desarrollar una práctica reflexiva de trabajo en conjunto, surge la siguiente pregunta: ¿Cómo lograr que los padres de familia participen en el proceso de enseñanza-aprendizaje que propone el nuevo programa del nivel preescolar?
Como es posible percatarse, el interés por incluir colaborativamente a los tutores familiares en el proceso de enseñanza-aprendizaje que propone el programa de educación preescolar, es el hilo conductor de este proceso de indagación.
Con la finalidad de hacer una descripción y explicación comprensiva de la situación se lleva a cabo el diagnóstico, espacio en el cual se describirá cómo es el problema a investigar, se dará un explicación del por que se considera problema y finalmente se expresará cómo debería ser la situación expuesta.
Empecemos dibujando el contexto en el que se inscribe la problemática; Totolapan, Morelos, lugar donde se desarrolla la situación, es un poblado rodeado por cerros, sus calles empedradas y sus casas de adobe inspiran tranquilidad, a pesar de ser municipio tiene esencia de pueblo, la gente del lugar interactúa mucho con la naturaleza le tienen respeto y cuidado, la población es entregada a sus creencias y costumbres.
Dentro de ese clima de serenidad se encuentra ubicado el Jardín de Niños “Judith López de Nava” una escuela de organización completa conformada por seis grupos de los cuales cuatro de ellos corresponden al grado de 3° y dos a los grados de 2°, pero el tema de interés se ha originado en el aula de “3° D”, la cual se encuentra conformada por 12 niñas y 13 niños de entre 5 y 6 años de edad.
Los padres de familia de la mayoría de los pequeños son jóvenes tienen entre 24 y 32 años de edad, cuentan con una escolaridad promedio de nivel secundaria, gran parte de las madres se dedican al hogar y los padres a la siembra y ganadería; las familias se encuentran estructuradas por mamá y papá y la mayoría de ellas comparten vivienda con abuelos, tíos y primos.
Ahora bien, después de pintar el escenario, expongamos como se percibe el problema dentro del aula.
En el hacer profesional diario, he podido identificar comentarios que dan muestra de las nociones que los tutores familiares tienen respecto al nivel preescolar, algunos consideran que el Jardín de Niños es un espacio de entretenimiento y cuidado en el cual el aprendizaje no resulta significativo pues “solo se va a jugar”, como lo externan.
Otros más conciben a la institución como un curso propedéutico del nivel primaria, en el cual el único propósito es preparar al niño para su incorporación al siguiente grado educativo, por lo tanto, piensan que el proceso enseñanza- aprendizaje se debe centrar en actividades de preparación las cuales carecen de sentido pedagógico tales como la memorización de las letras, los números, colores, en actividades de coordinación motriz como las planas y ejercicios de caligrafía los cuales solamente contribuyen a forjar niños memorísticos y repetidores como si fuesen grabadoras, pues no se le permite cuestionar.
Pero estas concepciones que los padres de familia han construido respecto al nivel preescolar están en relación con la experiencia escolar que han vivenciado; al hacer un análisis de las entrevistas aplicadas al principio del año escolar con la intención de conocer a las familias y las expectativas que tienen del Jardín, es posible ver entre líneas que los papás asistieron a una escuela tradicionalista, donde el lenguaje escrito se enseñaba por memorización más que por comprensión, en donde el análisis y el cuestionamiento no tenía lugar, una escuela de obediencia y hasta cierto punto de miedos, y esa misma escuela desean que nuevamente se repita, “ Si no le obedece maestra, péguele, así me formaron a mi y soy lo que soy” dice la mamá de Brayan con cierto orgullo; “Yo estoy al pendiente de la educación de Lolita siempre cumplo con el material que usted apunta”, expresa la mamá de Dolores.
Pero, la escuela ha evolucionado, el nuevo programa propone un trabajo escolar dentro de un marco de colaboración entre escuela y padres distinto al que los papás vivieron, y es en este punto donde se encuentra el meollo del asunto que se torna problemática.
Pues los tutores familiares del aula de estudio, entienden que su participación sólo se debe centrar a contribuciones económicas, a construir y reparar material, a organizar fiestas escolares y ha cumplir con el material que se pide en el Jardín. Los tutores familiares desconocen el verdadero sentido de la educación preescolar, desean contribuir, sin embargo, lo hacen desde el referente que ellos han conformado.
Esta claro que la labor de los papás es mucho más amplia y sustancial de lo que ellos mismos creen, su participación puede ser desde lo económico hasta lo didáctico- pedagógico, hoy se intenta que exista “una verdadera colaboración en la que las relaciones entre padres y profesores sean abiertas al tiempo que respetan la autoridad” Hargreaves, A. (1999).
Como docente se pretende que los padres de familia reflexionen sobre su participación en el Jardín de Niños, se sientan parte importante en este proceso de enseñanza aprendizaje y se vean como una complementariedad del trabajo que se lleva a cabo en el aula.
La escuela tiene que ser permeable a las expectativas e ideas de los padres, debe fluir un aprendizaje recíproco entre padres y docentes y para ello es necesario que juntos compartan, aprendan y comprendan el propósito que plantea el nivel preescolar, para que en colaboración se enriquezca la práctica educativa desde el marco que propone la nueva reforma, entendiendo a la participación como el “aportar conocimiento a la tarea compartida de construir y reconstruir los saberes.” D´Angelo, E. & Medina, A. (1999, Agosto).
Con el desarrollo de este proyecto investigativo se ambiciona construir una escuela distinta a la que vivieron los padres de familia, una escuela innovadora, incluyente de diversidades y puntos de vista.
Se pretende ayudar a los padres a sorprenderse de los logros que los chicos viven al comprender un texto, al construir críticamente el sistema numérico, al realizar expresiones pictóricas únicas, al formular las explicaciones acerca del mundo natural y social; ayudarlos a maravillarse del proceso que los niños llevan a cabo cuando se van conformando como seres autónomos, reflexivos e innovadores, pues tal como lo expresa Tonnucci, F. (2002), “Si se quiere proponer una escuela distinta … habrá que ayudar a los padres a entenderlo”
En este proceso de enseñanza- aprendizaje basado en la potenciación de competencias no se puede ir solo, como docente es necesario la participación de los padres de familia, ya que tanto padres como educadores compartimos un mismo fin: contribuir a la formación integral de los niños, por ello debemos trabajar en equipo.
La nueva escuela que presenta el actual programa de educación preescolar propone prioritariamente conformar seres autónomos y libres, su función consiste en promover en los niños competencias afectivas, sociales y cognitivas, lo cual implica incluir a las familias, cuidando mantener como profesores la autoridad que confiere la experiencia y a los padres otorgando el lugar que merecen, como colaboradores asiduos en el proceso de aprendizaje.
Esta investigación tiene como objetivo convertir a los padres de familia en parte de la solución, y no solo de la problemática, intento que los tutores familiares se sientan incluidos en el hacer áulico, que sean capaces de apreciar la educación desde el nuevo enfoque y participen valorando en que momento su participación es útil y cuando intrusiva.
Pretendo como lo menciona Latorre, A. (2005). “Desarrollar una práctica reflexiva” pues esa es una de las metas de la investigación- acción.
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jueves, 19 de junio de 2008
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